La indignación y el repudio que sentí al enterarme de los actos violentos sucedidos hoy en Guama, pueblo que siempre le abrió los brazos llenos de amistad a toda la familia UNEYISTA, son indescriptibles.
Será posible ver todas las imágenes que muestran el atropello policial del que fueron víctimas, no sólo los alumnos que protestaban pacíficamente, con guitarras y tambores, sino también los niños del preescolar y las familias que viven en los alrededores de nuestra universidad; para ver todo esto y no sentir algo, que no nos llegue algo de ira, dolor, tristeza, no sé, ALGO, habría que ser verdaderamente indolente.
Hoy quiero expresarles a todos mis compañeros, esos estudiantes que día a día siguen batallando, la admiración y el profundo orgullo que siento por todos ustedes.
Si mucho tiempo estuve callada, YA NO MÁS. Tenemos que luchar por devolverle al pueblo yaracuyano la universidad de la cultura que se merece.
¡VIVA LA UNEY LIBRE, CARAJO
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